lunes, 1 de julio de 2013

Piden pan, no les dan: no se consigue harina en los súper a un mes de lanzado "Mirar Para Cuidar"


Piden pan, no les dan: no se consigue harina en los súper a un mes de lanzado "Mirar Para Cuidar"

        
La preferencia por la soja y una cosecha no muy favorable complican el escenario y escasea este artículo en las góndolas argentinas. Los expertos prevén más complicaciones y subas de precios en fideos, pan y galletitas en las próximas semanas

En los últimos días, encontrar harina en algunos supermercados se ha convertido en todo un desafío. Principalmente, en aquellos de formato de cercanía y almacenes de barrio.
El tema de los faltantes resulta preocupante, dado que hay muchos alimentos que se elaboran con este insumo y son fundamentales en la mesa de los argentinos.
"Un 20% de los artículos que componen la canasta básica son derivados de la harina", explica a iProfesional Miguel Calvete, ex miembro de CASRECH y actual titular del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM).
Por esta razón, los expertos prevén que su escasez traerá como consecuencia fuertes subas de precios. Por ejemplo, en "galletitas, pastas frescas y secas y, por supuesto, el pan", indica Calvete.
De acuerdo con el supermercadista, estos aumentos se harán aún más notorios en las próximas semanas. "Hoy el kilo de pan supera los $14, pero de acá a dos meses se estima que podría alcanzar los $22", advierte.
En este sentido, Calvete puntualiza que "en tan sólo 60 días el valor de la harina se duplicó. Dos meses atrás, la bolsa de 50 kg. costaba entre $250 y $300. En cambio, hoy el precio que se paga por la misma cantidad llega a ser de $600".
Este no es el mejor escenario para el Gobierno a sólo un mes de las primarias, y a apenas cuatro semanas de haber presentado con bombos y platillos el nuevo congelamiento de precios.
Es que "la industria harinera necesita un total de seis millones de toneladas para el consumo interno y hoy hay disponibles tan sólo dos millones", destaca el titular de INDECOM.
Es por ello que existe el temor de que se produzca un desabastecimiento generalizado, dado que existen claras señales de faltantes en varios puntos de venta.

Góndolas sin harina revelan un problema de fondo
Las dificultades que las familias argentinas encontraron en estos días para conseguir harina en las góndolas, incluso en algunas grandes cadenas preocupa a los consumidores porque se trata de un insumo necesario para cocinar toda una serie de alimentos.

Pero, según los especialistas, los faltantes ponen en evidencia la existencia de un problema aún mayor.
"Se está produciendo menos trigo porque están creciendo, en su lugar, otro tipo de cultivos, como la soja".
A esto se suma que resta un tiempo considerable para la próxima cosecha que, según estimaciones de Pablo Adreani, analista de mercados agrícolas, tendrá lugar recién llegando a fin de año.
Además de la preferencia por otros cultivos por sobre la materia prima del pan, los expertos advierten sobre otras razones que afectan al mercado del trigo.
En este sentido, hacen referencia a que la última cosecha no fue muy favorable debido a las lluvias, lo cual redujo la producción de harina apta para ser consumida.
"La mitad del trigo obtenido no es de calidad panadera", puntualiza Adreani.
De acuerdo con el especialista, esta situación no es habitual porque, en general, la totalidad de lo obtenido suele ser útil para destinar al mercado local. Sin embargo, en este caso sólo el 50% sirve para este fin.
"Usualmente, el 100% de lo producido puede usarse para el consumo interno, pero esta vez se dio algo excepcional", manifiesta el experto.

¿Se viene el desabastecimiento total?
Los analistas advierten que el complejo panorama se podría agravar con el paso de las semanas.

En este sentido, indican que estas primeras señales de falta de harina se pueden potenciar en los próximos días, a partir del encarecimiento y desabastecimiento de sus derivados.
"La semana que viene seguramente se note más el impacto de las complicaciones en la producción en los supermercados", apunta Calvete.
En tanto, desde el sector agrario también remarcan la importancia de la situación y afirman que es posible que el escenario se complique aún más a medida que se acerque diciembre.
Es que "el balance está muy ajustado y hay un fuerte riesgo de desabastecimiento total, acentuándose la situación llegando a fin de año", indica Adreani.
Y concluye que "en el largo plazo pueden profundizarse todavía más los problemas".

Importar o aguantar: esa es la cuestión
El desabastecimiento de harina, a poco más de un mes de las elecciones primarias, se convierte en un verdadero problema para el Gobierno que, pese a haber puesto en marcha distintas iniciativas vinculadas con el consumo -tales como el congelamiento de precios y el lanzamiento de la Supercard-, sigue enfrentándose a las consecuencias de lo que algunos expertos consideran falencias del modelo.

En este contexto, son muchos los que indican como una posible solución la importación de harina, algo que resultaría un tanto polémico en un país que siempre fue considerado "el granero del mundo".
"La única solución viable a esta altura del partido es recurrir a la importación", apunta Calvete en diálogo con este medio.
Sin embargo, señalan los expertos, traer trigo de otros países implicaría reconocer fallas en la política de comercio exterior oficial.
No obstante, las góndolas hablan por sí solas y los analistas sostienen que, de no solucionarse el desabastecimiento, su impacto se hará sentir sobre el resto de los productos asociados a este insumo.
"De acá a dos meses, es posible que se complique más la situación si no se toma algún tipo de medida", advierte Calvete.

Las fallas del "plan 500"
Otro de los problemas que se le generan al oficialismo a partir de la falta de harina en las góndolas tiene que ver con que, a causa de ello, se va instalando entre los consumidores la idea de que el congelamiento de precios sostenido deriva, inevitablemente, en desabastecimiento.

Es que, si en abril (cuando el acuerdo de precios iba por su segundo mes) ya surgían denuncias de faltantes en las góndolas, a cuatro semanas de la implementación de la famosa "lista de los 500" los problemas de stock se acentúan.
Y las complicaciones que surgieron producto de las trabas en la cosecha no ayudan a que los supermercados puedan ofrecer la totalidad de la mercadería que aparece en la nómina.
Así las cosas, los especialistas destacan que, antes de surgir el problema de la harina, ninguno de ellos contaba con todos los productos del listado en todas sus sucursales.
El gran interrogante es cómo va a hacer el Gobierno para mantener los precios del listado de los 500 productos congelados en lo que respecta a los derivados de harina incluidos en el plan, tales como galletitas, distintas variedades de pasta y el pan.
Un ejemplo del ambicioso plan de congelamiento es la cantidad de opciones de galletitas que aparecen en la lista de precios freezados de Walmart 
Sobre este punto, Calvete se muestra crítico y hasta considera al listado "una tomada de pelo a los consumidores".
En el mismo sentido, Soledad Pérez Duhalde desde la consultora Abeceb indicaba oportunamente que "por ahora, en muchos casos no se consiguen todos los artículos que conforman la lista que difundió el Gobierno".
Y no sólo eso. También se aprecia que las empresas modificaron sus envases o la composición de los productos para saltear la medida.
En este sentido, Emiliano Schwartz desde la consultora especializada en consumo Tomadato apunta que "algunas de las marcas de limpiadores cambiaron su fórmula agregando un solo ingrediente para subir el precio".
En este contexto, en el cual el acuerdo deja entrever sus imperfecciones, el desabastecimiento de harina y el consecuente encarecimiento de sus derivados vuelve a exhibir una falencia del modelo justamente en el espacio al cual apuntan las últimas políticas de la Subsecretaría de Comercio Interior: las góndolas de los supermercados.


Panaderos ponen condiciones para llevar el precio del pan a $10 como pide Moreno

        
Se reunirán la próxima semana en Rosario. Reclaman que les garanticen un precio bajo de harina. El insólito plan del Gobierno para abaratar costos

Las distintas federaciones que agrupan a los panaderos de todo el país se van a reunir la semana que viene para debatir las dudas que les genera el precio puesto por el Gobierno para elaborar un pan a $10 el kilo, como exige el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para garantizar que el alimento esté en la mesa de todos los argentinos.
Algunos de estos puntos son, por ejemplo, qué porcentaje de la harina a $150 (en vez de los $270 a los que trepó la bolsa de 55 kilos) se les va a garantizar a los panaderos para elaborar el pan más económico y qué medida tomará el Gobierno para que el precio del resto de la harina no se siga disparando.
Los panaderos "estamos desorientados y tenemos incertidumbre", señaló el presidente de la Cámara de Panaderos de La Pampa, Miguel Tur al diario Clarín. "Cada cual se arregla como puede", siguió. "Los depósitos de harina no quieren vender porque no la pueden reponer.
Hace un mes el kilo de pan estaba a $12 en Santa Rosa, pero hoy algunas panaderías lo tienen a $18 y va a seguir aumentando", advirtió.
Según el directivo, "si se hacen números, se ve que el pan subió 50% en el último mes y la harina un 100%, pero como los incrementos de los insumos son constantes, no tenés ni tiempo de sacar bien las cuentas para saber dónde estamos situados", dijo.
Las inquietudes que buscan resolver los panaderos el martes o miércoles de la semana próxima, surgen del acuerdo que se conoció, el martes, entre la Federación de la Industria Molinera (FAIM) y el Centro de Industriales Panaderos de la Capital Federal, tras la presión de Moreno.
Según declaró José Álvarez, titular del centro de panaderos porteño, el acuerdo para vender el pan Felipe a $10 comenzará a cumplirse "a partir del lunes próximo, cuando los corredores entreguen las bolsas a las panaderías".
Mientras tanto, la Defensoría del Consumidor dirigida por María Lucila Pimpi Colombo, funcionaria del riñón de Moreno, lanzó el plan "Pan Calentito" con el que propone a los argentinos a elaborar uno mismo el alimento con la harina a precio congelado para contrarrestar la disparada del precio que en algunos lugares ya llega a $24 el kilo.

Causas
El miércoles, el presidente de la Asociación Argentina Pro Trigo, Domingo Capeloni, acusó a las "malas políticas" del Estado de ser las responsables de "lo que sucede con el trigo" que trae consecuencias directas en los precios del pan y otros alimentos que lo usan como materia prima.
Y advirtió: "Al tener los mercados cerrados, los productores dejaron de producir porque no podían venderlo. Eso fue lo que pasó y por eso tenemos la menor superficie sembrada de los últimos 110 años ", explicó el dirigente.
Luego, precisó: "No es por qué falte superficie, ni genética, ni tecnología. Falta trigo porque hay malas políticas y por las restricciones que puso el Estado sobre el mercado", dijo.
En tanto, el miércoles el precio del cereal en el Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA) cayó otros u$s12 la tonelada, para estacionarse en 470 dólares.


El Gobierno negó desabastecimiento del pan

La subsecretaria de Comercio Interior, María "Pimpi" Colombo, rechazó problemas en la oferta. El precio del kilo sigue aumentando y denuncian faltantes por la crisis de la harina

La segunda al mando de la secretaría que conduce Guillermo Moreno, María Lucila Colombo, negó que haya desabastecimiento del pan.
"No tenemos problemas de desabastecimiento", aseguró en diálogo con radio Del Plata la funcionaria, al ser consultada por la oferta del producto elaborado a base de harina. 
Fernando Aguirre, de la Federación Argentina de Supermercados, fue más cauto al referirse sobre el alza y las existencias del pan, y reconoció dificultades al señalar que es "un tema que se le está buscando solución", porque es "un producto esencial para los consumidores"
En la última semana, se registró un incremento acelerado en el precio del kilo del pan que, dependiendo del barrio, se llegó a vender hasta 18 pesos. La tendencia alcista se explica a raíz de la caída de la producción del trigo y el encarecimiento de la harina, lo que llevó a generar algunos faltantes de artículos, como el caso del pan envasado.  
El titular de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevere, se refirió días atrás acerca del desplome del cereal. "El año pasado tuvimos la peor cosecha de 111 años con 9 millones de toneladas", sostuvo.
Ante esta situación, Guillermo Moreno acordó con el Centro de Industriales Panaderos de Buenos Aires y la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) la comercialización de pan felipe a $10 el kilo en los establecimientos. Además, pidió a los exportadores que volcaran 370.000 toneladas de trigo en el mercado interno para que haya más oferta para los molinos harineros.
En esta sintonía, el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, consideró que "está completamente asegurado el pan y la harina en la mesa de los argentinos", en el marco de la audiencia con la FAIM. 
 
 
 

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